Es la tasa a la que el Banco Central presta plata a los bancos comerciales, y funciona como el principal instrumento para aplicar la política monetaria. Esta termina afectando a todas las otras tasas del sistema financiero, como créditos y ahorro. En octubre del 2022, la tasa aumentó hasta un 11,25% para combatir la inflación, ya que al aumentar la tasa es más caro endeudarse y, por lo tanto, se incentiva el ahorro y no el consumo, lo que implica menos plata en circulación.